HONGOS

La mayoría de las personas se estremecen con la idea de tener una infección por hongos o levaduras; sin embargo, la realidad, es que todos tenemos muchos tipos de hongos que viven en nuestra piel permanentemente y no causan ningún problema; pero en ciertas circunstancias un hongo puede cambiar y provocar una infección conocida como tiña.

 Una de las afecciones micóticas  más frecuentes es la popularmente conocida como pie de atleta, denominada así por ser frecuente entre deportistas y afectar el espacio localizado entre los dedos de los pies, las uñas y las plantas.

 Otra infección por hongos habitual es la tiña inguinal, también conocida como tiña cruris, la cual es una infección micótica de la piel de la ingle. Los hongos prosperan en un ambiente cálido y húmedo y sin duda la ingle es el mejor ejemplo.

Las uñas también pueden verse afectadas, en este caso el trastorno se denomina onicomicosis y es causada por una infección por hongos en la parte del dedo dónde nace la  uña. A medida que la uña crece, se vuelve quebradiza, se hace gruesa, y se separa de la piel.

Otro grupo de infecciones por hongos que vale la pena mencionar es la candidiasis ya que representa el 25% de las micosis y está provocada por una levadura llamada cándida.

En general las infecciones causadas por hongos son fácilmente transmisibles, por lo que una persona puede contagiar a otra a través del contacto piel con piel, prendas de vestir u objetos. Es por este motivo que los trastornos cutáneos por hongos son algo más comunes en los escolares.

Para que un hongo sea capaz de producir enfermedad necesita de un lugar cálido al que llegue poca luz y permanezca húmedo; es por esto que los baños, las piscinas, las duchas y los saunas pueden ser fuentes de infección. También una mala higiene, un calzado oclusivo, el no secar adecuadamente la piel luego del baño pueden favorecer el desarrollo de este trastorno.

Es muy importante que ante la sospecha de cualquier infección por hongos el paciente acuda al dermatólogo ya que  él sabrá determinar el tipo de infección y el tratamiento más adecuado.